martes, 27 de enero de 2009

LA MUJER EN EL MUNDO ÁRABE

martes, 27 de enero de 2009


Abordo este tema, por cuanto la cuestión inter-cultural y de equidad de género son uno de mis intereses profesionales y la información que al respecto he recibido en desarrollo del Máster en “Relaciones Internacionales: Mediterráneo, Mundo Árabe, Iberoamérica y Europa” han propiciado una profundización del mismo.



Desde mi contexto, la información del mundo árabe es escasa y vaga. A la mujer árabe se le identifica con un personaje misterioso, envuelto en velos y ropajes. Su permanente situación de asistidas, con ausencia de perspectivas profesionales, y privadas de sus derechos fundamentales de desarrollo, arraigan tal identificación en el mundo occidental.

¿Cómo ha podido la mujer árabe desarrollar un papel cultural, social e intelectual propio? ¿Originará la globalización un cambio radical en su rol?

La emancipación de las mujeres de las clases sociales más pudientes se ha visto favorecida por el colonialismo occidental. Las feministas integristas musulmanas no son más que el reflejo del feminismo occidental. De hecho, en los últimos años, las mujeres árabes han emigrado hacia occidente y lo hacen SOLAS. También, desde tiempos recientes, se han convertido, aunque mínimamente, en artífices de un discurso sobre sí mismas. La pionera en cuestiones feministas es la egipcia NAWAL AL-SADAWI.

Desde hace unos 30 años las mujeres árabes elaboran una auténtica reflexión sobre sí mismas, sus condiciones, sus aspiraciones y lo que ellas consideran que debe ser su papel y su importancia social. Sin embargo, estos esfuerzos no han sido lo suficientemente amplios para romper esquemas arraigados en su sistema político, jurídico, económico y cultural.

La raíz del subdesarrollo de los pueblos árabes está en sus propias mujeres. Para progresar, deberá aceptarse su emancipación. Un problema crucial es el de las mentalidades ancladas en el pasado y en el inmovilismo.

No empero, aunque estén más influidas por las costumbres occidentales y tengan una apariencia emancipada, su mentalidad no ha cambiado en lo que respecta a sus tradiciones y al cumplimiento y fidelidad a las reglas de la familia y de la sociedad.
Diríamos que la mujer árabe participa del orden de lo imposible.
  • En primer lugar, las prohibiciones que rodean al comportamiento sexual.
  • En segundo lugar, las que conciernen a la religión, ya que las mujeres profesan la religión del padre y del hijo sin reivindicar su derecho a elegir y practicar lo que deseen.
  • En tercer lugar, el terreno de la política, del que la mayoría de las mujeres no comprende nada.
¿Hay diferencias espaciales determinantes entre las mujeres árabes? ¿Una saudita es comparable con una marroquí? ¿En qué lo sería? ¿Qué rasgos determinantes de su religión o condición árabe pueden hacerlas tan similares, que un observador ajeno a su naturaleza pueda confundirlas?

Hoy en día se perciben escasas diferencias.

Conducir un vehículo está absolutamente prohibido en Arabia Saudí, lo que hace que la mujer sea un ente privado de la libertad de circulación. Al encerrar a la mujer árabe en su casa se le bloquea radicalmente su relación con el tiempo. De hecho, se verá que el tiempo para la mujer árabe era y es siempre el de la maternidad.

La elección del cónyuge en una relación es una innovación de tipo moderno y occidental, pero es aún poco frecuente, en comparación con el acordado entre dos familias, dos tribus o dos clanes en función de determinados intereses y alianzas.

Las mujeres árabes no tienen derecho al divorcio; son rechazadas por el marido con una “carta de repudio”, un procedimiento jurídico favorable para él, que le facilita revocar el contrato que le une a una mujer. Por el contrario, la mujer árabe no tiene ningún derecho constitucional ni jurídico para disolver un contrato de matrimonio. Tanto es así que las egipcias pueden comprar el divorcio a sus maridos. Sólo Túnez cuenta hoy en día con un Estatuto Personal que puede ser considerado como el más avanzado dentro del mundo árabe e islámico.

Todas las jóvenes tienen que casarse, es su único destino, la única concesión dentro del mundo árabe que les permite vivir su propia sexualidad. La mujer divorciada, virtualmente ya no ‘vale’ nada en el plano social. Deja de ser aceptada por las mujeres casadas y se ve obligada a vivir una existencia de segunda clase.

En la concepción de la esencia y del cuerpo femenino, la mentalidad no cambia y apenas sí ha sido rozada por la modernidad, en lo que se refiere al respeto de los derechos inalienables de las mujeres, a la libertad y a la dignidad social en cuanto personas adultas y responsables. Todas las nociones que regulan la dignidad social de las mujeres y sus derechos en otros países aún no se han puesto en práctica en el mundo árabe. Por citar un ejemplo, la Convención de Copenhague, que impone la no discriminación de la mujer, no fue ratificada por muchos países musulmanes que invocaron el argumento del origen divino de la legislación islámica, sobre todo en lo referente a los derechos de la persona.

Pocas mujeres llegaron a ser tan ilustres como Fátima al-Fihrí, mujer rica y devota que hizo construir la primera universidad de Marruecos, la célebre al-Qarawiyin en Fez. Junto con la universidad de Bolonia, la de al-Qarawiyin es la más antigua de las universidades en activo.

Las mujeres árabes más emancipadas fueron las egipcias y las libanesas. Las mujeres del Mashreq (Iraq, Jordania, Líbano, Siria, península Arábiga y Egipto con su satélite Sudán) se alfabetizaron y se emanciparon más rápidamente que las magrebíes.

La reina de Saba, Shayárat al-Durr, ‘árbol de perlas’, fue la única sultana de Egipto quien después de haber sido esclava, ejerció el poder político a la muerte del Rey.

En lugar de las árabes, las mujeres occidentales emprendieron las primeras revoluciones feministas, dejando una vasta influencia. A raíz de tal influencia del colonialismo, las mujeres árabes han adoptado la vestimenta occidental, las costumbres y el estilo de la vida moderna, por ejemplo, las formas en la mesa, el tipo de alimentación, la escolarización de los niños en escuelas modernas y la medicina científica.

El rechazo de la colonización fue sobre todo cultural. La conservación de la sociedad árabe recayó esencialmente en la mujer, que al no salir era fácilmente controlable dentro de los hogares, donde hablaba siempre la misma lengua y mantenía todas las tradiciones en su estado original.

Mientras que los hombres árabes han contraído matrimonio con mujeres europeas, interesándose por su cultura y por sus sistemas de educación y de enseñanza, y han estudiado en escuelas e institutos de tipo occidental, las mujeres por el contrario, privadas de la libertad de circulación, elección y decisión en lo concerniente a su vida, se han quedado ancladas en los sistemas preexistentes, sin saber nada de la utilidad, o del absurdo, de las transformaciones de la sociedad árabe hacia las reglas de la modernidad.

En las ciudades, las mujeres tuvieron que contentarse, por una parte, con recibir la influencia de la modernidad importada del Mashreq, que a su vez había sido impulsado hacia ellas por los turcos, más avanzados técnica y militarmente que los árabes, y por otra, a través del contacto con Europa tras la campaña de Napoleón en Egipto.

Las mujeres de las clases medias y altas de las ciudades tuvieron acceso de forma bastante rápida a la educación pública; las hijas de la élite o ‘jassa’ en institutos franceses, las demás en las escuelas árabes que proliferaban para organizar velozmente una defensa contra la enseñanza occidental e impedir que ésta contaminara el elemento femenino, o sea, la base de la sociedad.

Sin ser controladas y menos controlables, las influencias socio-culturales se entrecruzaron. El resultado fue un mosaico bastante variado y poco coherente, constituido por familias europeizadas y familias que continuaron siendo muy tradicionalistas y conservadoras; en todas ellas la mujer fue el elemento crítico y la fuerza de inercia, el factor de propulsión y de estímulo modernizador en la elección de la apertura y de la reivindicación.

La mujer árabe ha luchado tanto contra el colonialismo y la modernidad por haberlos sufrido que ha quedado marcada por ellos. Ha conseguido liberarse en parte de un patriarcado agobiante alfabetizándose y realizando estudios universitarios.

El desheredamiento de las mujeres árabes por parte de los hombres de la familia de origen o de la familia a la que se incorpora a través del matrimonio se ha producido desde siempre, cuando el marido, o bien los hijos o los parientes, en caso de que él desaparezca, se apropian de los bienes de las mujeres.

En el islam, además de heredar la mitad de cuanto hereda el hombre, la mujer tiene vedado gestionar los bienes de sus hijos menores no pudiendo ser su tutora legal ni siquiera en caso de muerte del cónyuge. La designación de un tutor de sexo masculino es la norma. La debilidad social de las mujeres no les permitiría defender sus propias adquisiciones aunque tuvieran derecho. Ellas no influyen ni sobre la acumulación de las riquezas, ni sobre su transformación.


PARTICULARIDADES DEL MUNDO ÁRABE:

  • Es una civilización en la cual la diferencia entre las áreas rurales y las urbanas es muy marcada y sigue siéndolo hoy en día.
  • Ha sufrido dominaciones y colonizaciones diferentes que lo han hecho aún más heterogéneo: turcos, persas, mongoles, ingleses, franceses, italianos y españoles han invadido por turno las tierras árabes.
  •  Incluye minorías cuyos particularismos son muy pronunciados: bereberes, judíos, coptos, cristianos ortodoxos, maronitas, drusos y kurdos; hacia los que hay un ambiente de rechazo.
  • Está incluido en el Tercer Mundo.
¿Cómo se podría demostrar la bondad de la enseñanza, de la igualdad entre los sexos, de las libertades filosóficas, metafísicas o políticas para las mujeres si el propio fundamento de sus sociedades se construye precisamente sobre su analfabetismo, inferioridad y privación de todas las libertades?

Las mujeres sin voz, son la aplastante mayoría.

Mantenidas en la imposibilidad de alejarse y de reflexionar, de ejercitar el libre albedrío y la autosuficiencia, las mujeres no han tenido acceso al razonamiento científico y a la lógica moderna, en una palabra, a aquello que es la modernidad: no un determinado vestuario o el hecho de fumar, sino más bien un modo de reflexión filosófica y una percepción diferente de la vida y de la muerte.

¿Qué aspectos podrían denotar un mejor futuro para las mujeres árabes?


  • LA ALFABETIZACIÓN: es el concepto decisivo, el principal propulsor de la sociedad árabe actual y futura.
  •  LA POLÍTICA DE NACIMIENTOS, es el segundo proceso de modernización y de progreso para todo el pueblo árabe.
  •  LAS MEDIDAS POLÍTICAS, ECONÓMICAS Y JURÍDICAS. No se podrá tener una sociedad equilibrada mientras la mujer continúe siendo un objeto silenciado y despojado de sus derechos, y se siga constatando que lleva esta clase de existencia dentro de la sociedad.
  •  LAS MEDIDAS CULTURALES: el cambio de mentalidad. La sociedad árabe no ha practicado la democracia ni el respeto a los derechos humanos; bajo estas circunstancias ¿cómo podrá intentar aplicarlos y emprender su principal revolución que es conseguir la igualdad entre el hombre y la mujer? La respuesta queda abierta, el tiempo nos dará la respuesta.

BIBLIOGRAFÍA

Sesiones Máster en Relaciones Internacionales, módulo MUNDO ÁRABE:
  • “Conceptos culturales, políticos y sociales”, Waleed SALEH.
  •  “Reforzar el papel de las mujeres en el proceso Euro-Mediterráneo”, Ma. Ángels ROQUE.
La Mujer en el Mundo Árabe. Enciclopedia del Mediterráneo. EDM – Rita El Khayat. CIDOB Ediciones. Icaria Editorial.

Mujeres árabes hablan de sus vidas. Bouthaina Shaaban – Granada. Fundación El Legado Andalusí, 2003.

Mujeres, cambio social e identidad en el Magreb. Carmelo PÉREZ BELTRÁN. www.iemed.org/publicacions/equaderns.php

Creatividad, disidencia y mujeres. Nawal El SAADDAWI.
www.iemed.org/publicacions/equaderns.php

Mujeres del sur del Mediterráneo: entre la emancipación y la conciencia cultural. www.iemed.org/publicacions/equaderns.php
 
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